Ilustración de © Elena Odriozola para el libro Cuentos clásicos de próxima publicación en la editorial Nerea |
Son políticamente
incorrectos: expresan una visión del mundo patriarcal y etnocentrista repleta
de prejuicios e imágenes ofensivas; son moralistas, violentos y crueles; aluden
a brujas, hadas, duendes, ogros y otros seres irreales; están enmarcados en una
sociedad agraria que resulta muy lejana al niño actual…
Hay buenos
argumentos para cuestionar si los cuentos tradicionales siguen siendo lecturas pertinentes
para los niños del s. XXI. Victorianos y positivistas, marxistas y opusdeístas,
feministas y jefes de estudio han reflexionado sobre cuán perniciosas pueden
resultar estas historias y la necesidad de censurarlas o, cuando menos,
adaptarlas.
También gozan de
buenos defensores que, a diferencia de la mayoría de sus detractores, van más
allá de lo evidente al vincular los cuentos
tradicionales con temas tan variados y estimulantes como el desarrollo de la
psique infantil, la transformación del concepto de la infancia en los últimos
tres siglos o el valor ético que tiene la lectura en el niño, y si realmente
ésta influye o no en su conducta y de qué modo…
A pesar de que
este apasionante debate no será tratado directamente en el taller La lectura del ilustrador, cuando
asumimos los cuentos clásicos como la materia prima que orientará nuestro
trabajo, le estamos planteando al ilustrador participante una toma
de posición acerca de cómo concibe la literatura infantil, cuál es su imagen
del niño y en qué consiste su aporte.
Los cuentos de los Hermanos Grimm, de Andersen, de Perrault, de Afanasiev... no sólo tienen una serie de resquicios narrativos, historias paralelas y acontecimientos maravillosos que nos invitan a contar a partir de ellos. Además, abordan aspectos como el sentido del sufrimiento, las dinámicas familiares y los conflictos inherentes a ellas, el miedo y la aceptación de la vulnerabilidad, la elaboración del duelo, las pérdidas inherentes a los períodos de transformación... que le brindan al ilustrador la posibilidad de aportar una interpretación personal y, por lo tanto, única. De tal modo que el lector además de dialogar con un texto, pueda dialogar con la lectura que un ilustrador ha hecho de éste.
Los cuentos de los Hermanos Grimm, de Andersen, de Perrault, de Afanasiev... no sólo tienen una serie de resquicios narrativos, historias paralelas y acontecimientos maravillosos que nos invitan a contar a partir de ellos. Además, abordan aspectos como el sentido del sufrimiento, las dinámicas familiares y los conflictos inherentes a ellas, el miedo y la aceptación de la vulnerabilidad, la elaboración del duelo, las pérdidas inherentes a los períodos de transformación... que le brindan al ilustrador la posibilidad de aportar una interpretación personal y, por lo tanto, única. De tal modo que el lector además de dialogar con un texto, pueda dialogar con la lectura que un ilustrador ha hecho de éste.
Si los cuentos
tradicionales nos invitan a apropiarnos de ellos, en este taller nos
centraremos en estrategias de apropiación. Para ello pondremos en cuestión
algunas ideas preconcebidas, mecanismos inconscientes y lugares comunes; ahondaremos en el modo más idóneo de comunicar eficazmente nuestra interpretación y experimentaremos en torno a la utilización de modelos narrativos no secuenciales. Todo
esto lo haremos desde el juego, el intercambio y la lectura. Realizando dibujos
en dos y tres dimensiones.
Dos
sesiones mensuales en grupo + una individual.
Duración:
Tres meses. 120€ al mes = 360€
Día
viernes de 18:00 a 21:00. Empezamos el 19
de septiembre.
Sólo
son ocho plazas.
Información
e inscripciones:
gustavopuerta@gmail.com