El problema de los periodistas mediocres es que, a pesar de
que muy pronto olvidas aquello que preguntaron a sus entrevistados y lo que
éstos respondieron, tienen el poder de que sus preguntas tópicas resuenen un tu
cabeza mucho tiempo después de su lectura y de forma recurrente. Como esas pegadizas
canciones (veraniegas o no) brotan en los momentos más inesperados, sin
justificación alguna y resulta realmente difícil despojarte de ellas.
Uno de los periodistas que menos respetosuele preguntarle a
sus entrevistados: ¿Qué libro que hayas leído recientemente te hubiese gustado
escribir? Este interrogante es un sinsentido. En todo caso, yo hoy respondería que
sería Cuando el mundo era joven todavía.
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